En Le Nouvel Observateur
OGM, el escándalo
Investigadores
franceses estudiaron en secreto, durante dos años, 200 ratas alimentadas con
maíz transgénicos. Tumores, patologías graves… una hecatombe. Y una bomba para
la industria OGM.
Es una
verdadera bomba la que lanza, este 19 de septiembre a las 15 horas, la
prestigiosa revista americana Food and Chemical Toxicology –referente en
materia de toxicología alimentaria-con la publicación de los resultados de la
investigación realizada por el equipo del francés Gilles Eric Séralini,
profesor de biología molecular en la Universidad de Caen. Una bomba de
fragmentación: científica, sanitaria, política e industrial. Realmente, pulveriza una verdad oficial: “la inocuidad del maíz
modificado genéticamente.
Y en Aragón con la mayor
superficie de transgénicos de toda Europa. Comiéndonos la carne que
está alimentada con estos productos. .Esto acabará con un veto a nuestros productos en toda Europa y ruina para la agricultura y la
ganadería. Los políticos que tienen especial interés en que se cultiven
estas variedades entonces dirán que en Europa nos quieren arruinar y de este modo harán "patria".Veremos a ver que nos trae la película, y que dicen los defensores de los transgénicos...
Fuertemente tóxico y a menudo mortal.
Incluso en
bajas dosis, el OGM estudiado se revela fuertemente tóxico y a menudo mortal
para ratas. Hasta tal punto que, si se tratase de un medicamento, debería de
ser retirado de inmediato a la espera de nuevas investigaciones. Pues se trata
del mismo OGM que encontramos en nuestros platos, a través de la carne, los
huevos o la leche.
En 2006, esta
investigación comienza como un verdadero “thriller”, cuyo director, Gilles-Eric
Séralini, publica las conclusiones en una obra que aparecerá la próxima semana
(“Todos cobayas!”, Flammarion, a la venta en librerías el 26 de septiembre).
Contraseña: In vivo
Hasta 2011, los
investigadores trabajaron en condiciones semi-clandestinas. Tal era su temor a
un golpe bajo de las multinacionales de las semillas que criptaron sus correos
como en el Pentágono, se prohibieron toda discusión telefónica e incluso
lanzaron un “estudio –despiste (señuelo)”.
Graves patologías, tumores mamarios
Todos los
grupos de ratas, alimentadas con maíz OGM tratado o no con Roundup, el
herbicida de Monsanto, e incluso alimentadas con un agua que contuviera bajas
dosis del herbicida presente en los campos OGM, son afectadas por una multitud
de patologías serveras en el decimo tercer mes de la experiencia.
Entre las
hembras, las patologías que se manifiestan son explosiones en cadena de tumores
mamarios que llegan a alcanzar el 25% de sus pesos. Entre los machos, son los
órganos depuradores, el hígado y los riñones los afectados por anomalías
marcadas o severas. Con una frecuencia entre dos y cinco veces más importante
que entre los roedores alimentados con maíz sin OGM.
Comparación
implacable: las ratas alimentadas con maíz OGM desarrollan entre dos y tres
veces más tumores que las alimentadas sin OGM, independientemente de su sexo.
Al comienzo del vigesimocuarto mes, es decir, al final de su vida, entre el 50
y el 80% de las hembras alimentadas con OGM son afectadas, frente a tan sólo el
30% entre las sin-OGM.
Principalmente,
los tumores sobrevienen claramente más rápido entre las ratas alimentadas con
OGM: veinte meses antes entre los machos, tres meses antes entre las hembras.
Para un animal cuya esperanza de vida es de dos años, la brecha es
considerable. A modo de comparación, un año para un roedor es más o menos el
equivalente a una cuarentena de años para un humano…
Exigir responsabilidades
A consecuencia
de estas conclusiones, Corinne Lepage, en un libro que aparecerá el viernes 21
de septiembre (“la verdad sobre los OGM, es nuestro asunto”, Ediciones Léopold
Mayer) cree adecuado exigir responsabilidades a políticos y expertos, franceses
y europeos, de agencias sanitarias y de la Comisión de Bruselas, que se han
opuesto durante mucho tiempo y por todos los medios a la iniciación de un
estudio a largo plazo sobre el impacto fisiológico de los OMG.
La ex-ministra
de Ecología francesay vicepresidenta primera de la Comisión de Medioambiente,
Salud pública y Seguridad Alimentaria en Estrasburgo, conduce esta batalla
desde hace 15 años en el seno de Criigen (Comité de Investigación y de
Información Independientes sobre Ingeniería Genética) junto a Joël Spiroux y
Gilles-Eric Séralini. Una simple asociación sin ánimo de lucro que sin embargo
ha sido capaz de reunir de principio a fin los fondos de esta investigación
(3.2 millones de euros) que ni el INRA (Instituto científico de investigación
agronómica pública) ni el CNRS (Centro Nacional de la Investigación
Científica), ni ningún otro organismo público juzgaron juicioso emprender.
Un estudio financiado por Alcampo y Carrefour
¿Cómo? Otra
sorpresa: solicitando financiación a la Fundación suiza Charles Leopold Mayer.
Pero también a los jefes de las grandes distribuidoras (Carrefour, Alcampo…),
que se unieron en asociación para tal fin. Efectivamente, tras las vacas locas,
estos últimos desean alejarse de cualquier otro nuevo escándalo alimentario.
Hasta tal punto que fue Gérard Mulliez quien ha inició las primeras
financiaciones.
El estudio del
profesor Séralini permite presagiar pues una nueva guerra encarnizada entre pro
y anti OMG. ¿Exigirán las instituciones sanitarias urgentemente estudios
análogos para verificar las conclusiones de los científicos franceses? Al
menos, estaría bien. Monsanto, la mayor comercializadora de semillas
transgénicas a nivel internacional, ¿dejará hacerlo? Poco probable: estaría en
juego su supervivencia. Para una sola planta OMG, hay una centena de
variedades. Lo que implicaría al menos una decena de estudios de entre 100 a
150 millones de euros cada uno de ellos.
El momento de la verdad
Excepto que, en
esta nueva confrontación, el debate no podrá volver a desarrollarse como en el
pasado. A partir del 26 de septiembre, se podrá ver en el cine la película de
Jean Paul Jaud, “¿Todos Cobayas?”, adaptación del libro de Gilles- Eric
Séralini, y las terribles imágenes de ratas asfixiadas por sus tumores.
Imágenes que darán la vuelta al mundo y en Internet, después de ser difundidas
por Canal+ (en el “Grand Journal” del 19 de septiembre) y en France 5 (el 16 de
octubre en un documental). Para los OMG, la era de la duda se completa. El
tiempo de la verdad comienza.
Y en Aragón con la mayor superficie de transgénicos de toda Europa. Comiéndonos la carne que está alimentada con estos productos. La opción es comprar carne de importación de países que no cultiven transgénicos si no podemos adquirir productos ecológicos.
ResponderEliminarEsto acabará con un veto a nuestros productos en toda Europa y ruina para la agricultura y la ganadería. Los políticos que tienen especial interés en que se cultiven estas variedades entonces dirán que en Europa nos quieren arruinar y de este modo harán "patria".
Veremos a ver que nos trae la película, y que dicen los defensores de los transgénicos...