Henk Hobbelink, que acaba de recibir el premio Right Livelihood (buen vivir), considerado el Nobel alternativo de agroecología, por la aportación de su oenegé, Grain (www.grain.org/es).
GRAIN fue fundada
a principios de los años 80 en Barcelona para luchar contra un modelo de
agricultura basado en la uniformidad genética provocando una pérdida en la
diversidad genética y de biodiversidad agrícola en todo el mundo: semillas
locales y razas de animales. “El problema no es tanto la pérdida de semillas y
variedades nativas sino la pérdida de la gente que crea, nutre y
mantiene esa diversidad. La “erosión genética”, como le llamábamos
hace veinte años, es en realidad únicamente la consecuencia de un proceso mayor
que impulsa la agricultura industrial.
En 2008 la organización constató que había países
con dinero como los estados del Golfo, China, pero con falta de alimentos, que
empezaban a comprar tierras en África. Los fondos de inversión también
empezaban a adquirir tierras. Comenzaron a redactar informes denunciando esta
situación.
“Gambela es una región de Etiopía que limita con Sudán del
Sur. Es el sitio donde ha ocurrido uno de los casos más extremos de
acaparamiento de tierras en el mundo. Más de la mitad de toda la tierra
arable en la región se ha entregado a inversionistas de la India o Arabia Saudita
que ya están allí con sus tractores y expulsando a la gente. Etiopía está en
medio de una grave crisis alimentaria y es muy dependiente de la ayuda
alimentaria para darle de comer a su pueblo. No obstante, el gobierno ya
entregó cerca del 10% de toda la superficie agrícola del país a inversionistas
extranjeros para producir materias primas para el mercado internacional”,
comenta este ingeniero agrónomo.
El cofundador de GRAIN recalca que el acaparamiento de
tierras no ocurre solo en el sur: “en la Unión Europea,
hemos perdido tres millones de establecimientos agrícolas desde el año 2003.
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