sábado, 6 de octubre de 2012

EL ÚLTIMO PEZ EN EL MAR (Magazine Greenpeace)

En la red de un superarrastrero caben 13 Jumbos

La pesca de arrastre consiste, literalmente, en arar el fondo del mar extrayendo indiscriminadamente todo lo que se ponga por delante. Enormes redes como bocas hambrientas de 80 metros de apertura que destruyen ecosistemas enteros. La mayor parte de estas capturas carecen de valor comercial, por lo que son devueltas al mar ya sin vida, son los llamados descartes, un sacrificio desproporcionado para conseguir una determinada cantidad de la especie objetivo. Los caladeros tradicionales, cercanos a la costa, se han ido despoblando de vida y los grandes buques comerciales necesitan ir cada vez más lejos y arañar cada vez a más profundidad para encontrar pescado. El problema es que allí por donde pasan los arrastreros, al igual que le ocurría a la hierba con el caballo de Atila, no vuelve a surgir la vida. Desaparece el hábitat que había, y con él las especies, que migran de lugar, perseguidas incansablemente por las fauces de estos grandes barcos.

(...) SUBSIDIOS DEVASTADORES
La Unión Europea es el tercer productor de pesca y acuicultura (pescado de piscifactoría) del mundo después de China y Perú, y España es el estado miembro que tiene la mayor producción, con una de las mayores flotas pesqueras del planeta. Nuestro país recibe más del 50 % de los subsidios de la UE, que se destinan casi íntegramente a la pesquería industrial en perjuicio de la artesanal, que pierde una media de diez mil empleos al año (sigue...)

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