El vínculo entre agricultura y medio ambiente es continuamente noticia en Europa. La Comisión Europea acaba de hacer pública la petición a los Estados miembros de suspender por dos años el uso de determinados plaguicidas en cultivos de girasol, colza, maíz y algodón por contribuir al declive de las poblaciones de abejas. Pocos días antes, el Comité de Agricultura del Parlamento Europeo realizó una votación sobre la reforma de la Política Agraria Común (PAC) que asociaciones ecologistas comoSEO/BirdLife y WWF calificaron de apoyo mayoritario hacia políticas poco comprometidas con los aspectos ambientales y sociales.
Un proyecto europeo financiado dentro del programa Life acaba de dar a conocer los primeros resultados que demuestran que hay margen para la mejora ambiental, social y hasta económica. Se trata deAgriClimateChange, impulsado por la Fundación Global Nature con el objetivo de luchar contra el cambio climático desde la agricultura.
Y esto es así en todo el mundo, según el último informe Vital Signs, publicado por el Worldwatch Institute. Este estudio cuantifica en 37 millones de hectáreas la superficie mundial en la que se practica agricultura y ganadería ecológicas. Oceanía, con 12,1, y Europa, con 10 millones de hectáreas, son los continentes más “ecológicos”.
La asociación Vida Sana, presente en una reciente reunión del sector con el ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, destacaba que este “se comprometió a llevar a cabo un nuevo plan de acción con medidas que respondan a las necesidades del sector ecológico en sus diferentes ámbitos, desde la producción, transformación agroalimentaria, investigación, así como la comercialización y consumo”.
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