domingo, 17 de marzo de 2013

Aves acuáticas invernantes

Texto: Francisco Javier Sampietro.

(...) Los humedales aragoneses muestran un alto dinamismo. A los cambios que se producen sobre muchos de ellos, por dinámica natural o por influencia humana, se une la creación de otros. Estas circunstancias repercuten en los censos de aves acuáticas además de la meteorología, que condiciona los desplazamientos de muchas aves migratorias.

Los censos en conjunto de aves acuáticas en Aragón han visto mermada su magnitud de una forma sustancial desde la reducción de niveles de agua de la laguna de Gallocanta a partir de inicios de los noventa ya que este humedal se situaba entre los tres o cuatro principales humedales de España Los censos de los últimos años para el conjunto de aves acuáticas han oscilado ampliamente, entre las 54.000 y las 102.000 para el total de humedales muestreados.

Las anátidas (patos y ánsares), con excepción de la grulla común, configuran el grupo dominante con unas cifras que oscilan entre 19.000 y 34.000 individuos. Entrando en un análisis más detallado, dos cuestiones llaman la atención, los bajos niveles de población de anátidas buceadoras -pato colorado, porrón europeo- y de focha común que dependen de humedales con óptima presencia de vegetación (macrófitos) sumergida; y la baja diversidad de especies, con solo dos que aparecen como dominantes sobre el resto, el ánade azulón y la cerceta común. De hecho, una sola especie -el azulón- llega a representar más del 70-80 % del censo de anátidas en invernada.

La evolución histórica de los datos globales indica, por un lado, la reducción de la capacidad de acogida de la laguna de Gallocanta, y por otro. una baja productividad de buena parte de los humedales, dada su escasa naturalidad al estar destinado a almacenamiento de agua y verse afectados por factores que introducen alteraciones en el medio acuático.

La invernada de limícolas en Aragón es modesta, salvo en el caso de la avefría europea que ocupa masivamente las zonas de regadío del valle del Ebro. Presenta oscilaciones interanuales importantes, en parte por la dificultad de su censo, pero también por el influjo de la climatología. Por último, cabe destacar la presencia invernal de cifras relevantes de gaviotas especialmente de gaviota reidora, especie a la que se ha añadido la gaviota patiamarilla con presencia cada vez más patente

Principales localidades de invernada

De entre el centenar largo de humedales que se censan todos los inviernos, diez de ellos han albergado en los últimos años los mayores contingentes de aves acuáticas Cuatro son humedales de nueva creación. En este grupo se encuentran la laguna de Cañizar en Teruel; los embalses de la Loteta y Malvecino, en la provincia de Zaragoza, con una invernada media de más de 2.000 aves acuáticas; el Hondo de la Unilla en Candasnos (Huesca), que supera en promedio los 2000 individuos.

Las tres lagunas que ocupan las primeras posiciones en cuanto a las cifras de censo global son Gallocanta por la invernada de grullas, seguida de las lagunas de Sariñena y del Cañizar. Considerando solo el censo de anátidas, la laguna de Sariñena supera en promedio las 2.900 anátidas, seguida del embalse de Malvecino, estanca del Gancho y la laguna de Gallocanta con una invernada media de 2.300 anátidas, el lagunazo de Moncayuelo con una cifra media de 2.000 anátidas, el embalse de la Sotonera (1.100 anátidas de media) y Hondo de la Unilla y embalse de El Pas -unas 900 anátidas invernantes en promedio-.

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